El ser del maestro, no
significa que seamos robots insensibles o que nunca vayamos a reaccionar
emocionalmente. Pero cuando perdemos el control y reaccionamos, nuestras
herramientas nos permiten recuperar nos, aceptando que nos sentimos enojados,
celosos, resentidos, tristes o de cualquier otro modo, eso nos permite ver la
verdad de cómo nos sentimos, pero la espiral negativa en la que te encuentras
cesa en cuanto tomas consciencia y te des identificas, de ese lio mental,
recordando quien eres de verdad.
Como maestro del ser
sabes que es imposible evitar todos los conflictos. Cuando surja uno en tu
vida, tienes que mirar en tu interior, ver lo que es cierto para ti en ese momento
y descubrir la forma de ser fiel a tus creencias, respetando al mismo tiempo
las decisiones y creencias ajenas.
Todos nos ponemos
máscaras y las vamos cambiando, estas nos permiten entendernos unos a otros a
nivel intelectual, emocional y espiritual. De todas las máscaras que llevamos,
las que más nos cuesta abandonar son las que asociamos a determinados papeles
en el Sueño del Planeta. Como por ejemplo de hijo, padre o madre, trabajador,
etcétera.
Representamos muchos
roles en nuestras historias de vida, para que no nos afecten de manera
emocional estas máscaras, pregúntate: ¿Quién soy?
En casi todas las
tradiciones espirituales, una de las preguntas más importantes, es esta ¿Quién
soy?
En la tradición tolteca
respondemos: “el Ser auténtico”, pero todo y así las palabras se quedan cortas
a la hora de expresar la verdad última de quiénes somos.
En la vida cuando
triunfas o consigues algo que quieres, te sientes eufórico en ese momento pero
al cabo de un mes o según como una semana, te subes el listón. Eso es porque
solo te aceptas condicionalmente, cuando consigues aquello, entonces no te
estas aceptando y queriéndote en el presente. Como solo te quieres y te aceptas
si triunfas, tu felicidad depende de ese logro. Si fracasas te infravaloras y
te menos precias. Estarás usando tus metas como una herramienta para
domesticarte de otra manera. El proceso es el siguiente:
1- Decides que no estás
satisfecho con quien eres y te fijas una meta para lograr algo.
2- Implícitamente has
acordado que solo te merecerás quererte cuando consigas la meta.
3- Si fracasas, te
juzgarás por ello. Si triunfas, tu juez interior te subirá el listón.
El maestro del ser se
da cuenta, que eso no es amarse incondicionalmente. Porque ya somos perfectos
como somos en este mismo instante y para amarte no necesitas alcanzar ninguna
meta.
La autodomesticación está
originada por metas que se nos van dando para ser mejores en lo que incluye la
sociedad materialista. Nos hacen ver que si tenemos más dinero, una mejor casa,
coche, teléfono, etcétera, nos valoraremos más a nosotros mismos.
Tu valor más preciado
es amarte incondicionalmente, pase lo que pase en tu historia personal.
Para no caer en la
trampa, cuando pienses en un cambio o te propongas una meta, el primer paso es
no olvidar que es algo que quieres hacer, sea el resultado que sea. Estás participando
en un juego por el puro placer de hacerlo y no para intentar mejorar y quererte
condicionalmente.
Fijarte metas con esta
actitud es un proceso bello y natural, porque sabes que todo ya es perfecto
como es.
Entonces estás iniciando
el proceso de alcanzar algo queriéndote incondicionalmente, en lugar de
intentar triunfar en tu meta por miedo. Cualquier cambio u objetivo que te
fijes está motivado por tu deseo de hacerlo como experiencia.
Cuando tu confianza
viene de quererte y disfrutar del momento sea cual sea el resultado, vivirás el
momento presento, no tendrás expectativas, no te proyectaras en el futuro,
disfrutaras del aquí y ahora.
Vivir la vida como un
maestro del ser, te lleva a disfrutar de la vida, pero eso no quiere decir que
en esta historia, muera un familiar querido, u ocurra cualquier accidente que
te tambalee. Posiblemente descubrirás que aunque te quieras incondicionalmente,
las emociones siguen estando presentes en tu vida, sigues oyendo la voz del
conocimiento. En esos momentos, lo más importante es atender a tu respiración,
calmar la mente y aceptar eso que está ocurriendo. Recuerda que todo está
entrelazado, en una gran maya que no vemos y que lo que está ocurriendo es como
tiene que ser para que ocurran otras cosas. Aunque en ese presente no te guste
lo que ocurra.
También funciona decirte:
Yo,______, soy perfecto
y completo en este momento y me quiero, aunque ocurra esto. Me siento
agradecido por estar vivo y poder vivir esta experiencia humana.
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